Los modelos innovadores de enseñanza de idiomas se convierten en una alternativa para los nómadas del mundo, les permite tener un ingreso adicional de hasta 8 mil pesos mensuales, al tiempo que aprenden y descubren nuevas culturas.
Anastasiia Pavlovska, una ucraniana con deseos de conocer el mundo, decidió recorrer Latinoamérica después de visitar casi todos los continentes. Fascinada por la calidez de las personas y el estilo de vida activo de sus ciudades, Anastasiia buscó la manera de aprovechar su pasión por enseñar y de viajar. Es así que se mudó al otro lado del océano para vivir enseñando idiomas y compartiendo lo que había aprendido.
De manera similar, casi un millón de extranjeros han decidido quedarse en México, de los cuales 8.7% llegaron al país por motivos de trabajo o estudio. De hecho, tan sólo considerando el idioma inglés, se calcula que hay cerca de 250 mil hablantes nativos trabajando como instructores de su idioma alrededor del mundo.
“Para los viajeros que desean vivir en países latinoamericanos y encontrar un medio para seguir descubriendo la región, tener un trabajo que les reditúe y les permita hacerlo es vital. En ese sentido, una combinación entre la tecnología y comunidades de estudiantes se ha convertido para estos nómadas en una opción viable para viajar mejor y más barato”, aseguró José Manuel Sánchez, director de Poliglota México, un innovador sistema que transforma la manera en que las personas aprenden y dominan idiomas.
El fundador de la startup chilena explicó que, como Anastasiia, cerca de 500 coaches de idiomas —la mayoría extranjeros— se han sumado a su proyecto de un método social que hace que estudiar idiomas sea una experiencia más cercana al estilo de vida de las personas.
Basándose en la economía colaborativa, suma a hablantes nativos en un modelo que les permite tener flexibilidad, obtener ingresos, así como conectar con comunidades de estudiantes. Los instructores reciben capacitación alrededor de su metodología y son puestos a prueba sobre sus habilidades de enseñanza y dominio de la lengua. Una vez que se integran, son asignados a diferentes grupos de estudiantes, con quienes se reúnen en alguna cafetería cercana.
“La diferencia con los cursos tradicionales es que aquí no nos llaman maestros, somos coaches; no damos clases en un aula frente a muchas personas, es como salir con amigos en una atmósfera más natural en la que todos nos enriquecemos”, explicó la coach danesa Liv Green, quien da clases en la CDMX.
“Con trabajar algunas horas a la semana, los viajeros pueden hacer más económico su viaje y ganar entre 2 mil y 8 mil pesos al mes con la libertad de ajustar sus horarios y tener grupos reducidos”, detalló José Manuel Sánchez indicando que el modelo está diseñado para ser flexible con las necesidades de usuarios y colaboradores, con el fin de ser una fuente de ganancias adicional que sirva como un respaldo en sus gastos de vivienda y de viaje.
Las oportunidades van más allá de la retribución económica, relatan otros viajeros y coaches en la plataforma. “Hablo y entiendo cinco idiomas: español, inglés, francés, alemán y rumano. El idioma que más he estudiado es el español y el latinoamericano me parece el más desafiante y rico. Con eso en mente, Poliglota me ha permitido conocer gente muy diferente, compartiendo vivencias, aprendiendo y divirtiéndome en el proceso”, compartió Cristopher Adams, un residente británico que actualmente forma parte de la plataforma en Chile.
Poliglota está disponible desde finales de 2017 en la Ciudad de México como una alternativa para estudiantes, así como para personas que desean convertirse en coaches de diferentes lenguas (como inglés, alemán y francés)rompiendo con el modelo tradicional de la enseñanza de idiomas y viviendo de cerca la verdadera experiencia de conocer un nuevo país.