Los jóvenes mexicanos dejan, en promedio, la casa de sus padres a los 28 años.
“Estas cifras concuerdan con la proporción de nuestra plataforma, pues, de los más de dos millones de usuarios, 57% son hombres y 43% son mujeres. Es decir que hay más chicos buscando alternativas para vivir fuera de casa de sus padres”, comentó Catalina Undurraga, Country manager para México de Roomgo.
El portal, que lleva cerca de 12 años estudiando los hábitos de vivienda en la región, concluyó que los jóvenes tienden a tener estilos de vida diversos y buscar alternativas que les permitan llevar cumplir con sus estilos de vida.
Es así que cifras de la última Encuesta Nacional de Juventud revela que, si bien la mayor parte indica que la principal razón para dejar la casa de sus padres es formar una familia (31.5%), las razones personales, profesionales y académicas superan esta proporción sumando en conjunto 53.6%.
Asimismo, de acuerdo con estimaciones recientes de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), los jóvenes mexicanos se independizan, en promedio, a los 28 años. Lo cual indica que, en gran medida, deciden postergar su etapa de independización hasta contar con los medios y presupuesto adecuados para solventar su hogar propio, al tiempo que explica que opciones como el flatsharing se hayan masificado ayudándolos a salir antes de casa.
“Tomando en cuenta que, con base en los precios de Roomgo, las rentas compartidas en el país pueden llegar hasta 10 mil pesos y tienen un costo promedio de 4 mil 437 pesos por cuarto, los adultos jóvenes se ven en la necesidad de aplazar su vida independiente, con el fin de tener una mayor estabilidad”, comentó Catalina Undurraga, indicando que esta misma situación se replica, a su vez, en otros países y no es exclusivo de México.
Así lo indica un reporte reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que asegura que ser independientes ha sido una tarea complicada para los jóvenes, pues las recesiones y crisis económicas les han pasado una factura importante, en comparación de otras generaciones: en 2015, 15% de la juventud de los países integrantes del organismo (equivalente a 40 millones de jóvenes) no tenían empleo ni cursaban alguna forma de educación o entrenamiento. Por ello, optaron con seguir viviendo con sus padres y buscan alternativas más económicamente flexibles, como el flatsharing, para simplificar su vida independiente.