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La industria textil es la segunda más contaminante por lo que Patagonia implementa estrategias que ayuden a frenar el cambio climático.
Para la marca de ropa Patagonia, fundada por Yvon Chouinard en 1973, es apremiante aligerar la huella ambiental que genera la industria textil, no en el sentido de fabricar menos cosas, sino hacerlo con mayor responsabilidad.
Además, la marca considera que los consumidores deben realizar cambios fundamentales como exigir mejor calidad en las prendas y pensar dos veces antes de hacer una compra.
Partiendo del hecho de que la industria de la confección genera al menos 10 por ciento de las emisiones globales de de gases de efecto invernadero, para Patagonia las empresas deben responder ante el papel que juegan en la crisis por el cambio climático.
Para generar el menor impacto sobre el Planeta, Patagonia sabe que es imposible lograrlo solo, por lo que en los últimos 50 años, ha sido una empresa a la vanguardia del activismo ambiental, así como en las cadenas de suministro sostenibles y la defensa de las tierras públicas y el aire libre.
Su propuesta es muy clara: Si queremos salvar el Planeta, todas las empresas del mundo tienen que tomarse el cambio climático lo suficientemente en serio y hacer lo mismo.
Tenemos la responsabilidad de actuar porque nuestro negocio y nuestra comunidad se ven afectados por esta crisis y porque cada parte de nuestro negocio contribuye a la crisis climática.
Patagonia.
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Cambios fundamentales
Patagonia ha implementado cinco estrategias que son un ejemplo de los cambios que se pueden realizar tanto al interior de las empresas de la industria textil, como en los consumidores.
Uno
Dejar de usar petróleo en la ropa –su objetivo es no contar con más fibras de petróleo virgen para 2025– y sólo usar materiales como el algodón orgánico y orgánico regenerativo, cáñamo, poliéster reciclado y nylon reciclado que actualmente representan el 87 por ciento.
Dos
Implementar programas de reparación de ropa y fomentar el consumo de ropa usada. Durante el 2017, alrededor de 11.2 millones de textiles terminaron en un vertedero.
Patagonia se ha convertido en una de las empresas en el mundo que vende ropa nueva junto a ropa usada.
Su programa Worn Wear, lanzado en 2013, ofrece a sus clientes prendas de vestir con un 60 por ciento menos de emisiones que las nuevas, durante 2020 repararon más de 71 mil prendas.
Comprar una prenda usada extiende su vida en un promedio de 2.2 años, lo que reduce su huella de carbono, desechos y agua en un 73 por ciento (ThredUP, 2018), asimismo, usar 9 meses más una prenda puede reducir las emisiones de CO2 de ese producto en un 27 por ciento.
Tres
Apostar no sólo por algodón orgánico, sino por orgánico regenerativo. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, si seguimos cultivando de manera convencional, la capa superior del suelo del mundo, que produce casi todos nuestros alimentos, desaparecerá en 60 años.
La Agricultura Orgánica Regenerativa es un sistema holístico con altos estándares para el bienestar de los animales y los trabajadores.
La producción de cultivos regenerativos en suelos ricos y orgánicos retienen más nutrientes, se desarrollan en campos con gran cantidad de árboles, plantas perennes y suelos vivos.
Estos árboles y plantas destacan por reducir el dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero que causa la crisis climática.
Cuatro
Exigir que los procesos de producción cuenten con la Certificación de Comercio Justo.
Más de 40 millones de personas en todo el mundo pasan sus días en fábricas, cosiendo prendas para la industria textil.
Para la gran mayoría de estos trabajadores, las jornadas son largas y los beneficios inexistentes. Los trabajadores de la confección se encuentran entre las personas peor pagadas del mundo.
Desde 2014, Patagonia fabrica ropa con certificación de Comercio Justo, lo que asegura mejores salarios, la participación de los empleados en la comunidad y salvaguarda contra el uso del trabajo infantil.
Cinco
La implementación de procesos de producción vinculados con las comunidades locales para solucionar problemáticas específicas, por ejemplo, su alianza con Bureo.
De acuerdo con un reporte de Naciones Unidas de 2017, hay más de 51 trillones de partículas de microplástico en el mar, más de 500 veces el número de estrellas en la Vía Láctea.
La más dañina son las redes de pesca desechadas y representan hasta el 10 por ciento del total de este tipo de contaminación.
Ante esta situación en el 2016, Patagonia comenzó a trabajar con Bureo para reemplazar el plástico virgen utilizado en las viseras de las clásicas gorras trucker, sustituyéndolo por plástico reciclado de redes de pesca abandonadas –material al que denominó NetPlus y que ahora usa en varios productos–, trabajando de la mano con pescadores de comunidades de Chile y Argentina.